Los usuarios de Internet pueden pensar que todos acceden al mismo contenido cuando navegan, sin embargo, existe algo llamado el «Efecto burbuja» o la «Burbuja de filtro». Según un estudio publicado en 2021 por DOMO, compañía estadounidense de software en la nube, 5.170 millones de personas acceden a Internet en el mundo.
El mismo estudio señala que en un minuto, los usuarios de Instagram alcanzan a compartir 65.000 contenidos y los seguidores de TikTok, que actualmente son más de 1.000 millones, ven 167 millones de videos en tan solo 60 segundos. Estas cifras evidencian la gran cantidad de contenido que se genera y se consume a diario en la red.
El activista digital y escritor estadounidense, Eli Pariser, fue el primero en usar el concepto «burbuja de filtro». En 2011 publicó el bestseller La burbuja de filtros: lo que Internet te oculta, y realizó una charla TED del mismo tema. Según él, «desde 2009 vivimos en una era de internet en la que las grandes empresas digitales personalizan cada vez con más precisión los contenidos que ofrecen en función de las preferencias de cada usuario a través del algoritmo».
Pero ¿qué es el algoritmo? Es el código que complementa las páginas web y los programas o aplicaciones. Está compuesto por instrucciones en secuencia o pasos que permiten su funcionamiento. Recopila datos de navegación de forma cuantitativa y cualitativa. Además, es fundamental para avances tecnológicos como la inteligencia artificial. Incluso, expertos en programación afirman que es más importante que el lenguaje de programación.
El algoritmo de Google, por ejemplo, es el responsable de definir qué páginas te muestra primero y con mayor relevancia cuando haces una búsqueda. Estos resultados están dados por tus preferencias de navegación.
Teniendo claro esto, puedes identificar cómo se genera el «Efecto burbuja». Cuando ingresas a un sitio web, el algoritmo puede rastrear en dónde haces clic, de esta forma recopilan información sobre tus preferencias y después te muestra información que considera, es de tu interés, teniendo cómo base la información que has suministrado al navegar previamente.
Los seres humanos tienen intereses diferentes: deporte, religión, música, animales, entre otros. Tus intereses se reflejan en las páginas web que visitas, en las redes sociales que usas y hasta en las personas que sigues. Además, cuando creas un perfil en cualquier red social, debes suministrar datos como tu nombre, intereses, ubicación y otros datos. Todo esto es información que nutre al algoritmo y que este toma como insumo para definir qué contenido mostrarte.
Y esto no pasa únicamente en los sitios web, también hay plataformas que te dan sugerencias basadas en tu criterio de búsquedas. Por ejemplo, en una reconocida plataforma de video te muestran ciertas películas en una sección que en su encabezado señala: «Te recomendamos estas películas, por que viste…» y muestra las películas que has escogido recientemente.
El «Efecto burbuja» también se hace evidente con la publicidad que se encuentra a través de redes sociales, la cual no es la misma para todos sino que, por el contrario, está hecha pensada en cada usuario, siguiendo sus últimas búsquedas. Por ejemplo, a un deportista probablemente le llegan anuncios de promociones de tiendas deportivas; a un escritor, las ofertas de librerías, y como sus perfiles están tan bien definidos, son pocas las posibilidades de que al deportista se le muestre en la red información de las librerías, pues el algoritmo no lo identifica como de su interés.
De esta forma y muchas veces sin saberlo, la información que te llega ha sido previamente filtrada por el algoritmo, así que podrías preguntarte: «¿Qué tiene de malo recibir información clasificada según mis gustos?» Seguramente no tiene nada de malo, de hecho, puede facilitarte la vida en algunas ocasiones, no obstante, hay que tener en cuenta que el «Efecto burbuja» te puede estar aislando de un mar de contenido y conocimiento referente a temas de los cuales no has expresado tu interés en la red. Esto te puede hacer perder información importante.
Por ejemplo, en Facebook ya no ves las publicaciones de todos tus amigos, por el contrario, ves más publicidad y solo unos cuantos comentarios de los amigos con los que últimamente interactuaste. En las páginas web de noticias, puede que te muestren las que están relacionadas con tus tendencias de búsqueda en ocasiones pasadas, perdiendo así una valiosa cantidad de contenido adicional.
Uno de los inconvenientes que podría generar que cada persona esté aislada en su propia burbuja, es que se pierde la posibilidad de crear criterios colectivos frente a diversos temas, pues cada uno tiene solo la parte de información que se le muestra sin la posibilidad de ver otros puntos de vista.
¿Cómo evitar el Efecto Burbuja?
Es difícil saber que estás en la Burbuja de filtro, pues la mayoría de los sitios usan el algoritmo para guardar tus preferencias. Muchas veces, cuando ingresas a una página te aparece un aviso que dice: «Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si acepta o continúa navegando, consideramos que acepta su uso», como lo informan, al seguir navegando estás aceptando que el algoritmo recopile tu información, la cual después pueden usar para definir qué contenido es relevante para ti.
No existe una solución para evitar entrar en esta burbuja, pues el algoritmo es parte fundamental del funcionamiento de Internet, pero te recomendamos borrar con cierta frecuencia tu historial de navegación, por otra parte, puedes buscar en tu navegador la opción «Navegar en modo incógnito» y, también, puedes eliminar las cookies de navegación.
Por último, recuerda buscar más allá de la información que te presentan; la primera alternativa no es siempre la única.
Con información de enticconfio.gov.co/